A tí, mi queridísimo lector...

    Amigo mio, ¿cuántas horas habremos pasado tu y yo juntos sin decir nada y diciéndolo todo?, en mi cuarto escuchando música, en el tuyo escuchando también algo que no era solo música, trapicheando discos aquí y allá, troleando a tios por el msn y riéndonos a mandíbula batida sin importarnos más que la siguiente locura que se nos ocurriera... Has hecho tanto por mi en tan poco... Venir desde Jaén seguro que tiene que ser un coñazo, pero aquí estuviste acompañandome entre ranas y sandwiches, con una curiosa partida al mario de de la NES jajajaja.... que momentos...

    Querido amigo, nos conocímos de forma tardía para mi gusto, pero lo aprovechamos todo al límite, exprimiendo cada risa, cada llanto, cada café, cada té, cada salida y canda entrada, cada visita y cada frikada... cada risa... y que risa más maravillosa tienes... y no estoy de broma, adoro tu sonrisa porque es la más sincera y transmisora que he visto y me transmitía paz y un estado anímico muy superior a la media de mi normalidad: la eufrória.

    Dicen que nada es para siempre... y es cierto, porque lo que más me gustaba de ti se lo llevó ella... ella se llevó tu sonrisa y tu halo de felicidad, se lo llevó sin avisar y egoístamente... y no solo te partió el corazón a tí; nos destrozó a todos los que estabamos a tu lado y más te necesitábamos... y cuando parecía que habías vuelto a reencontrar esa genialidad tan tuya me doy cuenta de que en el fondo, sigues en ruinas porque ella se lo llevó todo... y yo no voy a dejar que se lo vuelva a llevar... deja que los demás volvamos a construirte un interior y te retornemos todo eso que ella se llevó, que era tuyo y que nadie te puede quitar: tu integridad, tu fuerza, tu alegría, tus sentimientos, tu espacio... y... sobre todo... tu sonrisa....

     Dese aquí no puedo hacer más que mandarte un abrazo de esos tan nuestor en cada letra que aquí habla de ti, porque no hablo solo de mí, sino que hablo en boca de todos aquellos que te queremos de manera incondicional, que somos muchos y que estaríamos dispuestos a cualquier cosa por volver a oirte reir como aquellas veces, al principio....

    Te quiero muchísimo y lo sabes; inténtalo por Lo, por Iñaki, por Alex, por Lina, por toda esa gente que te quiere, por mi...

    Me despido sin más diciéndote, estés donde estés y estés como estés, gracias por todo lo que has hecho por esta pobre pelirroja ginomorfe y endogámica que cuenta los días para volver a Granada y reencontrarse con ese dulce pasado que se quedó guardadito en un cajón ente la 5205 y la 4310...